¿El dinero da la felicidad?

Si bien en un estudio de 2016 la Oficina de Estadísticas del Reino Unido concluía que el bienestar y la felicidad aumentan con la riqueza, naciste sin dinero, no sabías qué era y sin embargo de niño eras feliz. El hecho de que la estadística saque esa conclusión nos pone los pelos de punta, pues eso significa que el ser humano está totalmente desvirtuado de su propio ser. Deja en manos de un invento su felicidad y eso es peligroso.

En los siguientes párrafos vamos a explicar esta alarma y estarás de acuerdo.

¿De dónde vienen nuestras aspiraciones?

El ser humano siempre ha buscado algo mejor, hace millones de años nuestros antepasados salieron de África en busca de alimento y un clima más cómodo donde vivir. Seguidamente, nuestra evolución hizo que nuestro cerebro se perfeccionara, utilizara herramientas cada vez más sofisticadas para simplificar nuestro esfuerzo y lograr mejor los objetivos que nos marcábamos, hasta hoy.

Luego entonces podemos concluir que aspirar a más y mejor va con nuestro ser. Pero, ¿dónde está la línea roja? Existe, la hemos pasado, puesto que ya aprendimos con el Tsunami de Indonesia que los animales y los niños mantienen el instinto de supervivencia que nosotros como adultos ya hemos perdido. Por lo tanto, nuestra sociedad ha pasado esa línea roja y no sabemos hacia dónde vamos. Concluir que el dinero da la felicidad nos da una pista de nuestra deriva. Nuestra economía se basa en el consumo, o mejor dicho consumismo. Desde la comida, el hogar, hasta la comunicación la basamos en el dinero. Sin él nos vemos perdidos y en momento de crisis perdemos literalmente la vida por su falta. Podemos decir que nuestra sociedad es drogadicta, su droga es el dinero y si no lo tiene, no sólo ataca con el “mono” (con guerras) sino que acabará con su propia vida por consumirlo.

A nivel micro, podrás comentar que tú como individuo estás atado a este plan gubernamental, sin embargo también puedes decidir tu forma de vida.

¿Realmente quieres destacar por encima de los demás?

Quizás desde tu infancia siempre has sentido envidia por lo que les pasaba a tus amigos. La publicidad y la información que nos transmiten los “influencers” o los que antes eran nuestros ídolos nos hace desear cosas irreales. Es decir, una cara más bonita, un cuerpo perfecto, una sonrisa perfecta, un mejor coche, una casa más grande, cosas no sentimientos. Curiosamente no nos damos cuenta de un detalle. Ese tipo de personas que son los más guapos, los más inteligentes, los más ricos sólo abarcan el 1% de la población. Sin embargo el 99% restante es el común de los seres. Si el resultado de millones de años de evolución ha concluido en que nuestra especie se perpetúa mejor en ese 99%, ¿por qué desear el 1%?

Siguiendo con este pensamiento, qué prefieres, ¿pertenecer al grupo de la población que perpetúa a la especie o a ese 1% que es simplemente anecdótico? 

¿Cuáles son tus aspiraciones reales?

Hablemos en serio. ¿Qué quieres en tu vida? Las cosas son simplemente objetos que no nos dan felicidad, actúan como placebo. Los sentimientos lo mueven la naturaleza, tus amigos, tus seres queridos. Con ellos discutes, charlas, amas o te enfadas.

Según el estudio que hemos mencionado anteriormente, establece que el dinero da la felicidad, pero ¿a caso se pueden comprar los abrazos, los besos o el amor? No. Y sin embargo esos son los pilares que nos dan la felicidad, porque un bebé que no es acariciado muere. Es un hecho, lo que nos mantiene son nuestros seres queridos, no los objetos de consumo de moda.

Si preguntas a cualquier persona el deseo para el año que viene en Nochevieja, entre ellos siempre suele estar la paz porque es nuestro anhelo, volver a vivir tranquilamente sin necesidad de agobios absurdos por conseguir comida o cobijo. Miramos a los animales y vemos que ellos comen y se conducen sin dinero. No tienen estrés ni hipoteca. ¿Cómo hemos llegado entonces a esta situación? ¿No sería más cómodo levantarnos y vivir el día a día sin pensar en la jubilación dentro de 30 años?

Finalidad

Dejando a un lado esta sociedad, pensando como ser vivo de este mundo te he de comentar algo real y muy importante:

Has venido a este mundo sin propósito, sin trabajo y sin dinero.

Cuando mueras nadie te va a preguntar si alcanzaste un objetivo en concreto o si llegaste a tener tantos 0 en tu cuenta. Y si no lo lograste, nadie te va a excluir. Serás devorado igual que tú devoras el alimento diariamente. Sólo eres polvo de estrellas, volarás cuando el sol explote, millones de años después, creando otro tipo de galaxia, navegando por el espacio.

Simplemente vive y deja vivir.

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