Son muchos los estudios que hablan sobre las habilidades directivas que cualquier jefe debe perfeccionar para llevar a la empresa a buen término.
En este post, pretendo hacer una síntesis de cada una desde mi perspectiva para poder ofrecerte una visión diferente. De empresario a empresario.
Saber dirigir
Es muy importante saber que el líder se hace, no se nace. Es posible que tú ya tengas ciertos aspectos como el carisma, eres una persona extrovertida y te gusta ser la voz cantante en todo lo que haces. Sin embargo, eso no lo es todo. No hace falta que seas un 7 en eneagramas para ser un líder, porque existen varios tipos de liderazgo.
Lo principal que debes conocer es la actitud. Si tú no te crees capaz de liderar un proyecto, mejor déjaselo a otro. “No sólo hay que serlo, también hay que parecerlo”.
Imagina que a lo largo del día te hacen fotografías permanentes con tus subordinados, compañeros y demás personas con las que te reúnes. ¿Estás en todo momento ejerciendo tu liderazgo? ¿Te ven como tal? O por el contrario pasas desapercibido con ciertas personas. Sé tu mismo, pero mantén el liderazgo. No se trata de ser un tirano, puedes manejar el humor con tus subalternos, pero que sepan que cuando das una orden, simplemente se ejecuta.
Tomar decisiones
La mejor toma de decisiones se realiza con una mente serena y tranquila. Entre todas las habilidades directivas que planteo en este post, esta es la fundamental. Tu mente puede ser tu amiga o tu enemiga y es fundamental tener el mando primero en tu interior para luego poder extrapolarlo a tu trabajo. Si estás estresado realizando muchas tareas a la vez y pensando en el siguiente paso, por supuesto que no va a ser el correcto.
Ya lo decía Henri Ford a sus subalternos: “Voy a pensar”. Cosa que los demás no hacían. El líder debe estar solo para observar todas las posibilidades y tomar la mejor decisión. Hay que establecer ciertos escenarios (catastrófico, medio y óptimo) y tener preparado una estrategia para cada uno de ellos. Sólo en ese caso sabrás por donde salir airoso de cada situación.
Adaptarse
Este punto tiene que ver con los escenarios. En cada momento te tendrás que adaptar al cambio y a las circunstancias. No por ello dejarás de ser un líder y de tomar decisiones, simplemente tendrás diferentes herramientas para ejecutar tu plan.
En cualquier caso céntrate en dar soluciones no en plantear problemas.
Confiar en ti
Con el autoconocimiento sabrás cuáles son tus debilidades y cuáles tus fortalezas. En este sentido, debes hacer de tu debilidad tu fortaleza. Así podrás estar tranquilo y sacar adelante todos tus objetivos para llegar a la meta con soltura. Si por ejemplo, tu debilidad es la impuntualidad, deberás exigirte más organización, de tal forma que sepas que tienes que salir antes que nadie a una cita. Cuanto más organizado estés, más productivo serás y nadie se dará cuenta de tu debilidad.
Asimismo, en el estudio de tu autoconocimiento aprenderás también el comportamiento de los demás, con lo que podrás conocer qué tipo de persona debe liderar un proyecto o realizar una tarea analítica. Si mueves a tu equipo de trabajo de forma similar a como Ben-hur estableció la posición de cada caballo en su cuadriga, la carrera será más productiva porque habrá mayor coordinación entre el equipo.
Delegar
Por ello, saber delegar y a quién es fundamental. En base a los tipos de personas (ya vimos qué tipo de eneagrama es cada uno y sus cualidades) que comprendan tu equipo de trabajo sabrás quién deberá realizar las tareas analíticas, quien las sociales y quien las organizativas.
Comunicación
Todo el proyecto con las funciones y objetivos debe de marcarse claramente y tu comunicación en este punto es fundamental. Haz una escucha activa, dejando que cada integrante se exprese con el fin de recibir el feedback de que todos se han enterado de su labor.
Con tu asertividad podrás liderar cada proyecto y lograr los objetivos marcados. Seguramente habrá muchas otras habilidades directivas que debes pulir para lograr ser un líder top, pero puedes comenzar con estos tips.
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