Puede que ahora te parezca imposible porque te pasas más de 8 horas encerrado en un trabajo que no te gusta
Cada mañana suena el despertador, lo apagas y a los 5 minutos te levantas. Cansado, sin entusiasmo por acudir otra vez a tu puesto de trabajo. Pasas horas interminables en la empresa, comes corriendo sin un minuto por disfrutar. Llegas a casa, agotado, sin ganas de comentar con tu familia cómo te ha ido el día. Así pasas los días de la semana, como autómata, hasta que llega el fin de semana y, por fin, te dedicas a lo que te gusta.
Te sientes vacío, no le ves sentido a la vida. Te sientes decepcionado. ¿Trabajar para pagar facturas? ¿Esto es lo que significa ser adulto?